Ya han transcurrido tres semanas desde el triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida para aprobar o no la propuesta Constitucional elaborada por la Convención Constitucional (CC). Un resultado que las encuestas venían adelantando pero que sin embargo, estuvieron lejos de acercarse a la cifra real: el triunfo del Rechazo, en un contexto de una masiva participación, fue aplastante. Obtuvo un 61,86% del total de sufragios, ganando en todas las regiones del país. Claro está que el factor de la obligatoriedad fue uno de los grandes protagonistas en estas votaciones, aspecto que nadie pudo leer previo a este determinante evento democrático.
Consultamos a algunas y algunos exconvencionales para conocer cuál es su percepción sobre la holgada victoria del Rechazo, además de preguntarles acerca de su autocrítica y lo que viene para el nuevo proceso constituyente. Un camino que desde la bancada de la derecha (Evópoli, RN y UDI) han estado delimitando con múltiples condiciones y siendo sumamente críticos con el Gobierno del Presidente Gabriel Boric.
En todo caso, cabe hacer notar que hay otros partidarios del Rechazo, tanto del Partido de la Gente y el Partido Republicano, que sin tapujos plantean la idea de realizar otro plebiscito de entrada para que la ciudadanía elija si continuar o no en la vía por una nueva Constitución o por una reforma a la Constitución de 1980.
Por Magdalena Alvarado y Constanza Yáñez
Qué dicen las y los exconvencionales sobre el triunfo del Rechazo
Francisco Caamaño (D14), Alondra Carrillo (D12), Lorena Céspedes (D23), Giovanna Grandón (D12) y Hemulth Martínez (D23), son algunas y algunos de los exconvencionales que accedieron a hablar con Aula Magna. Todas y todos independientes que iban por el Apruebo.
Para el ingeniero y activista de la organización Verde Nativo, Plantemos Nativo y Humedales del Mapocho, Francisco Caamaño, el abundante financiamiento de la campaña del Rechazo como también su campaña comunicacional de desprestigio hacia la CC fueron los grandes determinantes del triunfo de dicho comando. Aunque también admite errores comunicacionales de exconvencionales pro Apruebo.
“Sabemos que el Rechazo estaba financiado directamente por los grandes empresarios de nuestro país, a quienes supuestamente iban a verse afectados sus intereses con esta propuesta nueva Constitución. Además de eso, hubo una campaña comunicacional contra la Convención Constitucional, la que parte desde su instalación, donde un sector político que no quería un proceso constituyente instaló una serie de noticias falsas. Algunos como ‘que los constituyentes se subieron el sueldo’; que “la Convención quería cambiar el himno, la bandera’ y otras más descaradas como que ‘el Estado iba a quitar los fondos de pensiones’. Entonces, empieza una campaña contra la Convención y luego se empieza a focalizar directamente contra algunos rostros más conocidos dentro de ella”.
Añade que “las noticias falsas que andaban circulando a través de las redes sociales, plataformas digitales y canales tradicionales se prestaron para difundirlas o invitaban a constituyentes que estaban en contra de una CC y de la propuesta, quienes decían sus puntos políticos que eran básicamente desinformación. Sumado también a la campaña digital que se realizó, pagada, y enfocada directamente a las personas que no estaban muy informadas de lo que fue el proceso constituyente de la propuesta”.
Caamaño cierra su opinión mencionando que los “errores comunicacionales de parte de ciertos constituyentes mermaron en la imagen de la Convención, pero la gente tenía que saber que tenía que separar la propuesta constitucional de las y los constituyentes, porque uno votaba por el texto, no por los constituyentes”.
Por otra parte, considera que su colectivo hizo un trabajo profesional, pero no contaron con financiamiento. “Hicimos una campaña ciudadana, independiente, con mucha gente, con mucha perseverancia, con mucha convicción, pero sin financiamiento”. Agregando que “si ese 38% que votó Apruebo se hubiera desplegado en las calles a convencer a los indecisos, a las personas que no estaban convencidas con la propuesta, o que principalmente se dejaron engañar por las noticias falsas y la desinformación que andaba circulando, probablemente hubiéramos tenido un resultado favorable o quizás, no una diferencia tan grande entre el apruebo y el rechazo”.
El análisis de Alondra Carrillo, quien es psicóloga de profesión y oriunda de La Florida, es similar a la de Caamaño. La exconvencional identifica a la desigualdad del financiamiento de la campaña, el acceso a la información, la desinformación existente en Internet y la anticipación de la campaña del Rechazo una vez instalada la Convención, como algunos de los factores que reconoce como causantes del resultado del plebiscito del 4 de septiembre. Sin embargo, puntualiza que “son dimensiones que están en juego” y que, “para poder comprender qué fue lo que la gente rechazó en el plebiscito, se requerirá de un trabajo activo de escucha paciente”.
Alondra, que es también miembro de la Coordinadora Feminista 8M, expresa que “por una parte está la desigualdad profunda sobre la que estuvo estructurado el proceso completo y también el proceso de campaña; pero no solamente la desigualdad en términos del financiamiento de cada una de las opciones del plebiscito, que es evidente e insoslayable, sino fundamentalmente la desigualdad respecto de las posibilidades de enfrentar la consulta del plebiscito con una información mínima de aquello que estaba puesto en discusión. Enormes sectores de la población concurrieron a votar sin haber tenido la posibilidad de acceder a la información necesaria para decidir, o habiendo accedido únicamente a la información falseada, difundida por todas las plataformas y todos los dispositivos del poder”.
Carrillo agrega que “junto a esto, está sin duda también la dificultad para poder sostener una campaña afirmativa y oportuna por parte de las fuerzas que estaban por la nueva Constitución; de modo tal de comunicar de manera sencilla, comprensible y fácilmente aprehensible el contenido general del proyecto constitucional. Este proyecto terminó presentándose de manera sumamente fragmentada, organizándose en función de una campaña que en gran medida fue reactiva y que llegó tarde al momento de discutir amplia y socialmente, lidiando a su vez con una campaña del rechazo que se había instalado con mucho tiempo de anterioridad y que ya había situado las coordenadas de la discusión del plebiscito”.
En cuanto a su autocrítica sobre su rol y el de su conglomerado en la CC, admite que la participación de quienes provenían de un movimiento social “fueron superadas por la magnitud de las tareas políticas que nos propusimos y de los desafíos que nos tocó enfrentar”.
Así también asume que hubo una dificultad enorme por parte de la mayoría de las organizaciones sociales para “desplegar de manera simultánea una política que disputara los contenidos del texto constitucional, así como el proceso de negociación y construcción de fuerza para su consagración en el proyecto constitucional”.
Finalmente, Carrillo cree que tras aquellos errores, las organizaciones deben superarlos “para enfrentar el nuevo escenario que, es quizás, aún más desafiante y difícil que el anterior”. Agregando que también se debe corregir y velar por una comunicación sencilla y concisa del proyecto constitucional.
Por su parte, la exconvencional independiente Lorena Céspedes Fernández, quien hasta antes de su trabajo en la CC se desempeñó como profesora de física y robótica en diferentes colegios, comparte alguno de los análisis de sus ex compañeros convencionales, pero también profundiza en otros puntos y factores.
Partiendo de las declaraciones que Lorena entregó a nuestro medio durante el mes de mayo, donde enfatiza en la voluntad de diálogo del conglomerado independiente, la ex convencional cree que justamente la falta de consenso por parte de algunos sectores políticos fue uno de los factores que determinaron el triunfo de la opción Rechazo.
“La falta de comunicación y diálogo en la Convención entre todas las coaliciones, en especial todas ‘las izquierdas’ con ‘las derechas’, son una de las principales razones de este resultado. Esto ocurrió, porque algunas ‘izquierdas’ no lo quisieron así, mientras que algunas ‘derechas’ boicotearon el proceso desde el inicio, provocando que los sectores de centro derecha que sí querían avanzar en la construcción de una nueva Constitución, rechazaran el proceso”, señala Céspedes.
El boicot por parte de ciertos conglomerados de derecha, de acuerdo con lo que afirma la profesora de física y robótica, sirvió como plato de entrada y materia para la creación de noticias falsas, transformando el panorama constitucional en algo poco serio y focalizando la atención en peculiaridades de ciertas/os convencionales. Sobre este punto, Lorena señala, “la contrariedad al proceso por parte de un grupo que desde el inicio rechazó la propuesta de nueva Constitución, permitió que cualquier manifestación de peculiaridad se tomara como contrario a la seriedad que, para algunos, debía tener el proceso”. Asimismo, “las noticias falsas que se generaron, incluso aquellas que se originaron desde el primer día después del plebiscito, fueron semillas que germinaron a partir de lo descrito con anterioridad”.
La prensa y la difusión que se realizó del proceso constitucional también fue determinante frente a la decisión del electorado: “La opinión pública y la prensa estaban con todos los ojos y focos en el proceso, quienes destacaron de sobremanera las cosas peculiares, sin explicar todo lo relacionado a la CC desde el inicio”, agrega Céspedes. No obstante, como una mención de autocrítica por parte de Lorena, “la Convención tampoco construyó un equipo de comunicaciones necesario para la altura del proceso. En gran parte por falta de experiencia, por iniciar desde cero y no tener un ítem presupuesto para ello. Además, por no contar con una disposición y preocupación de este punto por parte de la primera presidenta y vicepresidente, permitiendo que la agenda de algunos se impusiera en las comunicaciones y no tuviésemos, como CC, una voz oficial”.
La profesora de física y robótica añade otros dos importantes factores: “la falta de tiempo para muchas cosas” y “los tremendos recursos económicos” de la campaña del Rechazo, pero enfatiza y coincide con algunos de sus ex compañeros en que “a la campaña del apruebo le faltó unidad, una sola voz, y dialogar más aún”.
Giovanna Grandón coincide con sus excolegas al mencionar que “el trabajo de la campaña del Rechazo empezó mucho antes de la instalación de la Convención y con una gran cantidad de recursos, lo que permitió llegar a gran parte de la ciudadanía, instalando temores a través de definiciones inexactas o falsas”.
Así también señala que “como Convención fallamos en comunicaciones, el dar a conocer el real trabajo que se realizaba, así como también en participación ciudadana, la cual debió tener más incidencia a través de foros deliberativos y plebiscitos dirimentes. Esto no solo hubiese permitido socializar el texto y generar una mayor compresión del mismo, sino que también se pudo dar cabida a sintonizar en tiempo real con algunos temas que para la ciudadanía resultaron controversiales, además de mejorar, modificar o simplemente no incorporar ciertos temas, si es que no había consenso suficiente en la ciudadanía”.
La exconvencional por el distrito 12 agrega que las y los ciudadanos votaron rechazo como un rechazo a la gestión del Gobierno, “la ciudadanía también hizo una evaluación al actual Gobierno a través de su voto. Lamentablemente, ante la opinión pública se percibía una asociación entre la Convención y el Gobierno”.
En cuanto a su reflexión tras la CC, asegura que “uno siempre debe buscar mejorar, por eso ha sido muy importante para mí todo este proceso con mucho aprendizaje. Y respecto de la campaña del Apruebo, creo que faltó más unión, trabajar colectivamente como bloque. Un verdadero trabajo colectivo. También pienso que faltó más sintonía con la gente que tenía aprensiones o de frente temores, y hacerse cargo de eso”.
Ahora, de acuerdo con las posturas del último exconvencional independiente entrevistado por Aula Magna, el abogado Helmuth Martínez Llancapán, el trabajo de la Convención Constitucional se desvirtuó en su formalidad. “Dentro de las varias razones que se pueden atribuir al triunfo del Rechazo, están el hecho de que en la forma, el trabajo de la CC se mostró poco serio, asociado a posiciones que no lograron convocar a gran parte de la sociedad”, afirma Martínez.
Este análisis es compartido por un buen número de exconvencionales, en particular por Lorena Céspedes, quien también destaca el rol de las noticias falsas y la atención en peculiaridades como una forma de desvirtuar el proceso y las etapas de la CC. Un fenómeno que caló hondo y que, en palabras de Helmuth, “produjo un desapego enorme con los futuros votantes, ya que, con el paso del tiempo, el trabajo de la Convención fue seguido cada vez menos por la sociedad”.
En mayor medida, el abogado responsabiliza a la CC frente a los resultados del plebiscito de salida, pues “como órgano constituyente no pudimos presentar un borrador que fuera capaz de convencer al país”. Al parecer, un análisis que se repite en el conglomerado de las fuerzas del Apruebo.
Qué opinan las y los exconvencionales sobre el mecanismo para el proceso constituyente
Francisco Caamaño menciona que “la propuesta de nueva Constitución establecía un mecanismo ciudadano para que las personas pudieran presentar iniciativas populares de reforma constitucional. No sabemos si existe esa voluntad en el parlamento para establecer dicho mecanismo en estos momentos. Pero sabemos que se rechazó la propuesta de nueva Constitución, y hoy día solamente hay incertidumbre sobre el futuro constitucional de nuestro país”.
Por su parte, Alondra Carrillo asegura que “el mecanismo y la forma de desarrollar esto ya fue decidido en el plebiscito de entrada, la decisión fue contar con una nueva Constitución, no con una reforma constitucional a la Constitución pinochetista, sino un texto que sea escrito por un órgano especialmente convocado para tal efecto. Para ello, se han establecido aspectos que para nosotros son mínimos democráticos: la paridad del órgano constitucional, la participación de los pueblos y naciones originarias, y también -desde nuestro punto de vista- la autorrepresentación de los sectores sociales que hicieron parte del proceso anterior”.
Por otro lado, Carrillo no confía en las voluntades que pueda definir el Congreso en torno al mecanismo. “No tenemos, sin embargo, hoy rango de iniciativa ni de intervención, porque quienes van a tomar esta decisión -y porque así lo definió la votación del 4 de septiembre- es el Congreso Nacional, en el cual están representadas no solo las fuerzas de participación institucional, sino que están ampliamente representados los sectores que se han negado durante más de 30 años a la posibilidad de darnos una Constitución escrita democráticamente a partir de un proceso participativo y legítimo, y, por lo tanto, tendremos que estar atentas y alertas a cómo se va desarrollando esa discusión, pero la verdad es que lo vemos con mucha preocupación”, sostuvo.
La exconvencional Giovanna Grandón asevera que “a futuro, con todo lo aprendido en este proceso, modificando, mejorando o manteniendo lo bueno, deberíamos tener una Asamblea Constituyente”.
En lo que respecta a Lorena Céspedes y Helmuth Martínez, ambos coinciden en que puede generarse otro órgano que responda las demandas constitucionales de la ciudadanía, pero “la tarea ahora está en manos de otras personas. No obstante, espero se considere lo trabajado en la CC, puesto que fue mucho, intenso y serio, en gran medida”, según ella.
Opinión similar es la del abogado, quien enfatiza en el “origen de un órgano compuesto por miembros vía elección popular y otros integrantes que tengan la calidad de expertos en las materias que incidan en una futura Constitución, entendiendo que este órgano debe gozar de la máxima legitimidad democrática”.
Un futuro un tanto incierto según afirman los exconvencionales, pero que debe dar respuesta a las demandas y necesidades de la ciudadanía, así como gozar de un órgano democrático, paritario y representativo.
Lo que se viene
Ahora bien, lo cierto es que el pasado jueves 22 de septiembre después de diversas conversaciones dentro de la bancada de Chile Vamos (Evópoli, RN y UDI) definieron diez condiciones para iniciar un nuevo proceso constituyente.
- Unidad de la nación chilena.
- Existencia de tres poderes del Estado autónomos e independientes.
- Un Congreso bicameral compuesto por una Cámara de Diputados y Diputadas y un Senado.
- Protección del derecho a la vida.
- Igualdad de derechos y oportunidades entre hombres y mujeres.
- Protección del medioambiente.
- Protección de la propiedad, haciéndola extensiva a los fondos previsionales y al aprovechamiento de las aguas.
- Consagración expresa de Carabineros y las fuerzas de orden.
- Derecho a elegir en materia educacional, de salud y previsional.
- Banco Central autónomo.
En el documento titulado “Principios del nuevo proceso: mayor presencia de la institucionalidad y distancia con el proceso anterior”, además proponen como mecanismo que un comité técnico-político de delegados, en proporción con las fuerzas políticas con representación parlamentaria, personas con trayectoria en los asuntos públicos e institucionales, redacten principios que delimiten la elaboración de un nuevo texto.
Así también el bloque ya pidió excluir al Gobierno de las discusiones que se den en las reuniones entre partidos políticos.
Por otra parte, ese mismo día y a través de un comunicado, el Partido de la Gente (PDG) determinó apoyar la opción de un plebiscito de entrada con voto obligatorio para definir si seguir el proceso constituyente o no.
El pasado viernes 23 de septiembre en el Ex Congreso Nacional se concretó la reunión entre las distintas fuerzas políticas con representación parlamentaria para continuar con el proceso constituyente. En esa oportunidad, el senador republicano Rojo Edwards expresó la idea de ir por un plebiscito de entrada. Sin embargo, la presidenta del Partido Republicano (PR), Ruth Hurtado, mencionó que no es una posición oficial de la colectividad: “El tema del Plebiscito es algo que se tendrá que valorar en su mérito, en su momento", así lo consignó el medio Pauta.
En el encuentro, de acuerdo a T13, el presidente del Senado Álvaro Elizalde (PS), informó que aún están “muy lejos” de llegar a un acuerdo entre todas las fuerzas políticas, pero destacó que la reunión que se desarrolló este viernes, que fue la tercera, es “un paso”.
Considerando los resultados de la encuesta Cadem publicados el domingo 25 de septiembre, la población está de acuerdo con un nuevo proceso constituyente, representado por el 69% de los grupos encuestados. De este universo, el 58% optó por un órgano constituyente mixto, es decir, una mitad de convencionales electos por la ciudadanía y el otro 50% integrado por un comité de expertos nombrado por el Congreso; mientras que el 36% prefirió una convención constituyente totalmente electa.
Las reuniones en torno a un posible nuevo proceso ya se están generando, así como las definiciones del mismo y sus ejes orientadores. Habrá que esperar la voluntad política y la decisión final de la población frente a un plebiscito que decida el mecanismo a desarrollar.
Por Magdalena Alvarado/Constanza Yáñez