A mediados de este año la bioquímica y doctora en Química Elisa Zúñiga creó una fórmula para prevenir enfermedades neurodegenerativas (como el Alzheimer o el Parkinson) desde fuentes naturales, esto siendo directora del proyecto de la Fundación Copec-UC. Zuñiga además es académica de la Universidad Metropolitana de Ciencias de la Educación (UMCE), donde imparte la cátedra de Bioquímica y Química General. Aula Magna conversó con la investigadora, quien hizo un análisis crítico sobre el escenario nacional de las ciencias tanto a nivel investigativo como educativo ante la falta de financiamiento. También habló en torno al desinterés existente sobre explotar la producción de materias primas en Chile, enfatizando que “hoy se requiere dar valor agregado y vender materias procesadas, no la ‘salmuera’ del litio, sino que la celda de energía”.
Tengo entendido que en la investigación donde usted creó la fórmula para prevenir enfermedades neurodegenerativas desde fuentes naturales, participó un equipo de profesionales de la Usach y de la Universidad de Valparaíso, así como también contaron con el apoyo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Chile en este proyecto liderado por usted y financiado por la Fundación COPEC-UC, ¿Siendo usted académica de la UMCE, dicha institución tuvo también incidencia en la investigación?
“El proyecto fue adjudicado mientras trabajaba en la Universidad de Valparaíso (UV), pero por razones familiares me vine a trabajar a la UMCE. De esta forma, en la UMCE se realizó la invención y se coordinó y lideró el proyecto, y en la UV se realizaron las actividades asociadas a neuroprotección. Entonces, si bien en el proyecto aparece como beneficiaria principal la UV, la UMCE y la USACH son socias del proyecto. Una vez que finalizó el proyecto se probó la inocuidad en la Facultad de Medicina de la U. de Chile, a través de una investigación de un estudiante de la UMCE, solo gracias a las redes de ayuda que se generan entre las universidades y sus científicos”.
¿Cuál es la orientación o el enfoque en la formación en las carreras de Licenciatura en Educación en Química y Pedagogía en Química? ¿Más allá de la línea pedagógica también se busca explotar o explorar lo investigativo?
“La formación inicial de profesores de Química da cumplimiento con los requerimientos del sistema nacional de educación, eso implica innovar y mejorar permanentemente, para eso los profesores deben investigar tanto en temas educativos, como en su propia práctica. Por lo tanto, en lo que se refiere a la UMCE, la preparación en investigación va más allá de lo exploratorio, se les prepara para investigar en educación, lo que les permite apropiarse de su rol como profesores agentes de cambio de nuestra sociedad y formar en el aula a nuestros jóvenes en problemáticas sociocríticas”.
¿En la UMCE cuáles son las gestiones para fortalecer las carreras relacionadas a ciencias? ¿Incluiría más? ¿Existen lazos entre la universidad con instituciones, empresas o fundaciones para elaborar investigaciones ya sea por parte de académicos como estudiantes?
“En la UMCE hay mayoritariamente carreras donde se forman profesores y es en la Facultad de Ciencias Básicas donde se forman los profesores de ciencia, también está kinesiología, carrera que desde el área de la salud también se adscribe a carreras científicas.
Se trabaja fuertemente en fortalecer estas carreras, pero no se cuenta con el financiamiento suficiente. Las carreras de ciencias son caras y en la UMCE están subvaloradas, eso hace que con el aporte estatal que se da por estudiante no logre cubrir el costo de las mismas.
El diversificar las carreras en la UMCE es un tema de discusión permanente, especialmente porque preocupa perder la prioridad que se le da hoy a la formación de profesores. Hoy es tarea de la gestión de la universidad la búsqueda de otras fuentes de financiamiento, pero es un gran desafío, por nuestra parte trabajamos en mejorar nuestra producción, postulando a proyectos y generando publicaciones, además de realizar la mejor docencia que podemos. Una de las formas de sobrevivir en las universidades estatales es formar redes, de ahí que en este proyecto estén tres universidades. Existen los lazos y redes por eso aún sobreviven nuestras líneas de investigación”.
¿Puede describir cómo funciona el desarrollo en el ámbito de la ciencia en la UMCE?
“Hacer ciencia en la UMCE es un desafío permanente, lo que es común en las universidades estatales. Lo que más complica son las gestiones de los materiales o insumos para llevar a cabo las investigaciones, ya que los procesos son lentos y engorrosos. Pese a todo, la UMCE cuenta con líneas de investigación productivas, especialmente desde las unidades que forman profesores de ciencias”.
Usted estudió Bioquímica en la USACH, además de haber realizado su doctorado en Química también allí, ¿podría contar cómo fue la formación en dicha casa de estudios? ¿Considera que entregaban todas las herramientas tanto para académicos/as como para las y los estudiantes?
“Mi formación fue dura, en el sentido que teníamos que trabajar mucho, pero sabíamos que era parte de ser científicos, porque finalmente nuestra formación dependía de nosotros mismos. Tuve la fortuna de tener excelentes profesoras y profesores, me entregaron las herramientas y cuando necesité ayuda siempre la encontré.
En el camino de la investigación tuve una tremenda tutora, la Dra. Betty Matsuhiro, hoy profesora emérita de la universidad. Fue la persona que creyó en mí, más que yo misma, y como le dije una vez a ella, espero a su edad –que hoy es la mía– saber un 30% de lo que ella sabe y no sé si llegué a tanto. Al final, las instituciones las formamos las personas y solo tengo agradecimiento para la USACH”.
¿Actualmente está participando o encabezando alguna investigación? ¿Cuál?
“Sí, tengo dos líneas de investigación, una que hace referencia a compuestos bioactivos de origen natural, que dio origen a la invención, y otra que traspone estos conocimientos en el aula. Tengo la fortuna de trabajar con excelentes estudiantes y colegas. Además, formamos un grupo de investigación con colegas de otras facultades y de otras universidades, especialmente con México y España, lo que nos ha permitido contribuir con conocimiento para nuestra sociedad y para la formación de profesores”.
¿Le parece que debieran existir más alianzas como la que se dio en Fundación Copec entre la Pontificia Universidad Católica de Chile y empresas Copec?
“Sí, la Fundación tiene una visión clara del apoyo que requieren los académicos y lo que requieren las empresas nacionales, formando un puente muy necesario para hacer realidad las innovaciones que generamos como científicos en las universidades. Durante el transcurso del proyecto tuve mucho apoyo de parte de la Fundación, es lo que más valoro, no solo en la rendición de cuentas sino también en dar solución a los distintos problemas que se dan siempre en los proyectos.
Hoy transitando por tiempos difíciles y crisis económicas es cuando más se requiere que trabajemos juntos y que las instituciones estatales observen los casos de éxito y generen nuevas formas de trabajar”.
En una entrevista mencionó que en Chile “falta visión de futuro” para producir en Chile, ¿por qué cree que sucede eso?
“La producción en Chile se basa en la venta de materias primas, hoy se requiere dar valor agregado y vender materias procesadas, no la ‘salmuera del litio’, sino que la celda de energía. Esta situación siempre es tema de conversación; sin embargo, no ha cambiado. Un gran agente de cambio fue el Presidente Pedro Aguirre Cerda, quien era profesor y tenía claro que la educación era la fuerza de cambio. Hoy con un currículum escolar que tiene muy poca química y física, materias que además, después de tercero medio son optativas, ni hablar de filosofía o historia, pone cuesta arriba mejorar la calidad en la educación y menos aún, el promover el seguir carreras asociadas a las ciencias.
Tengo la esperanza que los programas de Ciencias para la Ciudadanía y electivos como Ciencias para la Salud, permitan dar contexto a las ciencias, pero el programa requiere un equilibrio de las ciencias naturales, en mi opinión, tiene un acento biológico muy marcado. Aunque nuestros profesores, todos: de química, física y biología, son capaces de abordar el currículum, se requiere dar una formación de base, alfabetizar con mayor profundidad, especialmente cuando nuestro país requiere tantos profesionales en química, para resolver problemas de sustentabilidad (contaminación, reciclaje, extracción de recursos, etc.)”.
En línea con lo anterior, y para finalizar, ¿cuál es el escenario chileno actual en el ámbito de las ciencias? ¿Cuál es su visión sobre el aumento del presupuesto del 9,6% en Ciencia y Tecnología siendo un aumento histórico de casi $76 mil millones para potenciar la investigación y el desarrollo del país?
“Durante muchos gobiernos el porcentaje del presupuesto fue insuficiente, haciendo muy difícil mantener las líneas de investigación, por lo que se agradece una mejora, pero esta es una carrera de largo aliento. Espero que haya un cambio en la mentalidad de quienes toman estas decisiones, si hacemos tanto con tan poco, nuestro futuro podría caminar hacia la sostenibilidad que se requiere con tanta urgencia”.