Aula Magna conversó con la ya ex convencional constituyente Vanessa Hoppe, quien este 4 de julio participó junto a las y los otros ex convencionales en la entrega de la propuesta final de la nueva Constitución que en septiembre se definirá si es aprobada o rechazada en las urnas.
Hoppe, es abogada y una política independiente y representó al 21er distrito del Bío-Bío en la Convención con el apoyo de la Coordinadora Nahuelbuta Biobío Constituyente, donde el interés es tener políticas ecológicas para el país. En la presente entrevista, Vanessa Hoppe realiza su balance sobre educación, género, medio ambiente, pueblos originarios, además de su experiencia de haber sido parte de este proceso democrático.
Sobre educación
¿Tiene un balance personal acerca de cómo se reguló el tema del derecho a la educación en el proyecto de Nueva Constitución?
“Creo que lo más importante es el gran giro de lo que se entiende por educación. En la actual Constitución no se consagra un “derecho” a la educación propiamente, ya que al no garantizarse la calidad y el ejercicio en todos sus niveles, en definitiva es un privilegio de quienes pueden pagarla (o endeudarse por ella), por lo que termina siendo un producto de consumo que desconoce su potencial como mecanismo para aumentar el capital humano.
En el nuevo texto Constitucional, el derecho a la educación tiene un contenido y una función superior a lo netamente individual, en el que se asume un rol fundamental en la conformación del Estado social y democrático de derecho. De esta manera, entendiendo que la educación es un proceso de formación y aprendizaje indispensable para el desarrollo de un país, se le entrega al Estado la obligación de otorgarlo en todos sus niveles, a toda la población y en condiciones de calidad, mediante el Sistema Nacional de Educación”.
Entendiendo que la nueva Carta Fundamental optó por su sistema de provisión mixto (público-privado), ¿por qué la población podría tener confianza en que habrá un buen sistema de educación pública?
“Primero porque se explicita que la educación pública es el centro del nuevo Sistema Nacional de Educación, lo que obligará al Estado a priorizar la destinación de recursos para el mejoramiento de aquella que es de acceso de todas las personas. Luego porque será obligación del Estado resolver como ampliar y fortalecer este sistema, paulatinamente, asegurando el financiamiento directo, basal y permanente que era una de las demandas más sentidas del mundo social y educacional”.
¿Qué mensaje dirigiría usted al movimiento social que luchó por una educación pública, gratuita, no sexista y de calidad en relación con la nueva regulación constitucional? ¿Hay alguna posibilidad para alcanzar estas metas en el nuevo orden constitucional?
“Lo primero que les diría es que su lucha no fue en vano y que gracias al movimiento social tanto de los profesores y profesoras, estudiantes y pobladoras y pobladores en general que se movilizaron en esta Constitución se lograron consagrar las bases del sistema de educación que hemos soñado por años y con todas las características que menciona en la pregunta”.
¿Qué ocurre con el principio de subsidiariedad en educación en la nueva Constitución? ¿Los privados que lucran tienen garantizado en el nuevo orden constitucional el apoyo económico del Estado?
“Lo primero a considerar es que la nueva Constitución cambia el carácter del Estado subsidiario (que tenemos actualmente) por uno que garantiza derechos a todas las personas. Por tanto, en el nuevo texto la prioridad es la satisfacción de derechos para las personas y no el subsidio de negocios privados en torno a estos temas, tal como lo permitía el “principio de subsidiariedad”, por lo que cambia el foco de atención prioritario del Estado de las empresas a las personas, ahora. Por otro lado, al igual que en la actual Constitución, el financiamiento a los establecimientos subvencionados no está señalado en la propuesta de texto constitucional debido a que es materia de ley, por lo que no se acaba con ellos”.
¿Qué rol cree que deben jugar las universidades estatales y los centros de formación técnica estatales en la nueva institucionalidad que propone el proyecto de nueva Constitución?
“En la propuesta de nueva Constitución se consagra el Sistema de Educación Superior, el cual está compuesto por todas las instituciones de educación superior estatales del país, a las que, se les da la misión de enseñar, producir y socializar el conocimiento. Así también, se consagra que en cada región deberá existir al menos, una universidad estatal y una institución de formación técnico profesional, las cuales deben relacionarse con las entidades territoriales respectivas y los servicios públicos, de acuerdo a las necesidades locales. De esta manera, yo creo que las Instituciones de Educación Superior Estatales jugarán un rol fundamental en el desarrollo del país tanto a nivel local como nacional, generando alianzas y produciendo el conocimiento necesario para mejorar la calidad de vida de las y los habitantes de los respectivos territorios en los cuales están ubicados”.
Respecto de su labor personal y del colectivo con que usted trabajó
¿Qué norma o normas de las aprobadas le genera más ilusión?
“Uf! varias: Democracia paritaria y principios nuevos consagrados para el ejercicio de la función jurisdiccional como el enfoque de género y el de perspectiva interseccional, que nos permiten soñar en un Estado de conformación paritaria y en un Poder Judicial que proteja a las mujeres y disidencias, como nunca antes tuvo que hacerlo. Esto significa un cambio profundo y sumamente trascendente para quienes hemos sido invisibilizadas y vulneradas sistemáticamente, ya que obliga a complejizar el análisis de la situación particular de cada persona, para intentar asumir medidas que permitan proteger a las más vulnerables”.
Considerando su interés en temas de género, medioambiente y pueblos originarios, ¿cree que quedó algo pendiente dentro del borrador de nueva Constitución referente a esas materias?
“La verdad es que estas fueron nuestras prioridades de trabajo y para ello hubo que lograr acuerdos amplios. Esto nos obligó a tener que abrirnos a modificar las propuestas iniciales de normas, por lo que muchas veces el nivel de profundidad de las normas era mayor, pero no quedó ningún tema fuera”.
¿Cómo describiría la conducta de los sectores que representan a la derecha en la Convención, contribuyeron al consenso o fueron obstaculizadores permanentes? ¿Hubo una izquierda obstruccionista?
“Parte del trabajo de quienes queríamos una nueva Constitución era intentar dialogar y “salir de las trincheras ideológicas” como se dijo en algún momento. Pero lamentablemente hay quienes jamás tuvieron intención de morigerar sus pretensiones, ni de ceder para lograr consensos. Ese fue el actuar constante de la derecha y el real obstruccionismo a un proceso que nunca quisieron aportar realmente o al menos esa era la percepción nuestra”.
Si la nueva Constitución se aprueba, ¿cree que la sociedad chilena será más igualitaria y más democrática? si su respuesta es positiva ¿qué normas de la nueva constitución cree usted que ayudarán para que así sea?
“Sí, no me caben dudas. Todo lo que proponemos apunta a una mayor justicia social y a profundizar la democracia rompiendo con los enclaves autoritarios que nos impuso la dictadura.
La democracia además no sería tal sin una participación igualitaria de mujeres y disidencias sexogenéricas, lo que resuelve la norma de democracia paritaria, así como un montón de otras que se trabajaron para transversalizar la perspectiva de género como el sistema nacional de cuidados, catálogo de derechos sexuales y reproductivos, casas de acogida y reconocimiento al derecho a vivir una vida libre de violencias, entre varias otras.
Luego, resulta indispensable en esta época habilitar a la ciudadanía para que sea parte de una democracia participativa, como un elemento indispensable para pensar en una sociedad realmente democrática, así como contemplar mecanismos de reforma constitucional que hagan el texto perfectible a disposición de la ciudadanía. Este nuevo texto constitucional, además de contemplar todos los cambios ya mencionados y poner la satisfacción de derechos sociales de las personas como prioridad, protege y reconoce a la Naturaleza y establece mandatos sustantivos para su protección y restauración, lo que también implica una mayor justicia para los territorios devastados por la industria extractivista.
El reconocimiento del Estado como plurinacional e intercultural apunta en igual dirección, ya que saca del anonimato a nuestros pueblos originarios, reconociéndoles e incorporando los mecanismos de participación política y de autonomía consagrados en tratados internacionales que ya se había comprometido Chile a cumplir, pero que sin embargo nunca había respetado”.
Finalmente, ¿cuánto cambió usted después de este proceso inédito en la historia de Chile?
“Me siento más experimentada en áreas que jamás habría podido desarrollar, desde luego ha sido un proceso transformador de la sociedad y de cada individualidad que ha participado en él. Agradezco el encuentro con la diversidad del país y con quienes realmente aspiran a pensar en un Chile más justo”.