“No existen garantías de que las mismas personas y partidos que realizaron una campaña de desinformación desde el día 1 y que sabotearon y estancaron la generación de normas y diálogos en la pasada Convención Constitucional, permitan la generación de otra Constitución que garantice los derechos fundamentales a tal nivel como lo hace la actual propuesta”.
Javier Fuchslocher Baeza, ex convencional constituyente por el distrito 21 de la Región del Bío Bío, nos concedió una interesante entrevista para analizar el proceso constitucional y entregar su mirada crítica frente a las especulaciones que existen en torno al resultado final del plebiscito de salida.
Desde su experiencia y trayectoria como profesor de Historia y Geografía, nos habla de la regulación del derecho a la educación en la nueva Carta Fundamental y de la importancia de contar con un sistema fuerte de educación pública.
Revisa a continuación la completa entrevista al ex constituyente independiente, Javier Fuchslocher:
SOBRE LA EDUCACIÓN EN LA NUEVA CONSTITUCIÓN
¿Tiene un balance personal acerca de cómo se reguló el tema del derecho a la educación en el proyecto de nueva Constitución?
“Mi evaluación de la norma de educación es positiva, pues se establecen importantes avances en materias de garantía, respeto y protección de este derecho básico para nuestras sociedades democráticas.
El articulado permite establecer las bases de lo que deseamos en materia de educación para el país de aquí a varias décadas más, actualizando la Carta Fundamental a nivel jurídico y devolviéndole al Estado su rol protagónico, que es fundamental para que este derecho sea para todas las personas en nuestro país. Ello, sin borrar el papel de los privados en esta instancia, pero tampoco se les vuelve protagonistas, puesto que se elimina el lucro en un derecho fundamental que permite movilidad social y el desarrollo de la sociedad”.
A su juicio, los artículos expuestos en la nueva Constitución que describen el derecho, acceso universal y equitativo a la educación, ¿rompen los paradigmas de la educación de mercado?
“El paradigma de la educación de mercado se rompe cuando se devuelve al Estado la responsabilidad de ser garante de este derecho, siendo un compromiso inalienable de este. Como dije anteriormente, esto es base para la construcción de una sociedad justa y democrática.
Incluso, para aquellos que siguen pensando que este derecho debe ser transado por dinero y que su acceso y calidad depende de los recursos de los padres, la propia Escuela de Chicago señalaba que la educación y la salud no se deben entregar a las lógicas del mercado, algo que en la instauración del modelo neoliberal en Chile, claramente, no sucedió”.
Entendiendo que la nueva Carta Fundamental optó por un sistema de provisión mixto (público-privado), ¿por qué la población podría tener confianza en que habrá un buen sistema de educación pública?
“Tal como lo señala el articulado, se protege la libertad de elegir al establecer los distintos modelos de provisión de los servicios educativos. Sin embargo, el énfasis en el derecho a la educación se releva en la educación pública, basándose en las directrices del Estado -sin importar cual fuere el gobierno de turno-, con el objetivo de fortalecer progresivamente este sistema de educación que durante décadas ha permanecido en desmedro frente a la educación subvencionada y particular”.
A su juicio, ¿por qué es importante contar con un sistema de educación pública fuerte en sus principios y fines? ¿Qué debe promover una educación pública? ¿Qué pierde un país sin un sistema fuerte de educación pública?
“La educación pública es un elemento habilitante para el ejercicio de otros derechos, ya que contribuye a nivelar las condiciones de garantía, acceso y disfrute de estos. Ello es fundamental para alcanzar la equidad y justicia social”.
¿Qué mensaje dirigiría usted al movimiento social que luchó por una educación pública, gratuita, no sexista y de calidad en relación con la nueva regulación constitucional? ¿Estas metas se alcanzan o cumplen en el nuevo orden constitucional?
“La propuesta constitucional aborda las demandas de estos movimientos al incluir los principios esenciales en los fines de la educación, considerando el enfoque de género, la diversidad e inclusión, junto con eliminar la discriminacion u otras vulneraciones a los derechos humanos. Esto, sin duda, fortalece una visión tolerante, solidaria y con respeto por el otro, que permite establecer un mayor nivel cultural para mejorar la convivencia entre las personas en sociedad. Asimismo, se adoptó la demanda social que ha movilizado a estudiantes por generaciones, que es el fin del lucro en la educación, con la finalidad de que abusos como el Crédito con Aval del Estado (CAE) no se vuelvan a repetir y a afectar a las personas más vulnerables que buscan acceder a la educación superior”.
La nueva Constitución prohíbe toda forma de lucro en instituciones públicas educativas y en aquellas privadas que reconozca la ley, pero ¿de qué forma se puede garantizar esto en la práctica? ¿Con rendición de cuentas? ¿Con un proyecto educativo claro en sus fines comunes y colectivos?
“Es importante que quienes reciban fondos del Estado para la provisión de servicios sociales, como lo es la educación, cumplan con los estándares de transparencia y probidad que se exigen en la nueva Constitución.
Una de las falencias actuales es la poca fiscalización y las bajas sanciones a los directorios que utilizan mal los fondos estatales y que no dan cuenta fidedigna del uso de los recursos fiscales. En este sentido, la propuesta de nueva Constitución profundiza las normas de transparencia y probidad, lo que tendrá como efecto aumentar las sanciones, la regulación y fiscalización de los recursos estatales, para así permitir un uso eficiente de estos insumos.
Asimismo, creo que la participación vinculante de la comunidad educativa y el fortalecimiento de los sindicatos, propuestas que se establecen en la nueva Carta Fundamental, también serán elementos que permitan una mejor distribución y control de los fondos, lo que por consecuencia traerá un uso correcto de los recursos para el desarrollo de proyectos educativos. Con ello se sacan de raíz las malas prácticas actuales que terminan en el enriquecimiento de los directorios de las corporaciones, quienes no se enfocan ni en la calidad ni en el acceso a la educación de los niños, niñas y adolescentes”.
SOBRE LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL Y SU LABOR PERSONAL EN EL PROCESO CONSTITUYENTE
¿Qué norma de las aprobadas le genera más ilusión? ¿Qué votación resultó más emocionante para usted?
“Una de las tantas normas que trabajamos y que se volvió una de las regalonas fue la que se refiere al Trabajo Decente, en tanto que regula la participación de los trabajadores, reconoce el trabajo doméstico, el derecho al cuidado y la libertad sindical. Esto, debido a mi historia personal vinculada al rol sindical y por la lucha que dimos en mi propio sindicato para participar de la creación de los estatutos de Orden e Higiene.
Asimismo, nos emocionó estar presentes en la redacción de la norma de Seguridad Social, que se entrelaza con lo antes mencionado pues genera una red de preceptos que buscan establecer una base en la garantía de derechos de los trabajadores y trabajadoras, norma sin precedentes.
Para mí, este es un hecho inédito en la historia constitucional de nuestro país, ya que desde mi punto de vista es muy difícil que volvamos a tener estas garantías laborales a tal nivel. Logramos avanzar en demandas estancadas en el Congreso, actualizando las normas laborales a las que Chile está adscrito en la Organización Internacional del Trabajo (OIT) y que en la Constitución del 80’ pasaron a ser letra muerta, atentando de esta forma con los derechos básicos de las personas trabajadoras.
Con la propuesta de nueva Constitución se le devuelve el importante rol que tienen los y las trabajadoras, dueñas de casa y cuidadores dentro de una sociedad, en especial a aquellos que pertenecen a la clase media baja, estrato que siempre ha sido ignorado.
Por otra parte, una de las votaciones que más me emocionó y que, además, impulsamos es la que tiene relación con la propiedad privada, en especial la regulación de la expropiación. Esta norma tuvo días intensos de negociación y logramos establecer la indemnización a precio justo y pago previo, estableciendo garantías para las personas frente al Estado, cumpliendo los aspectos fundamentales de la norma y allegándonos a estándares internacionales”.
¿Con qué colectivo trabajó en la Convención? ¿Qué acuerdos impulsados por su colectivo le resultan más satisfactorios? ¿Diría usted que el proyecto de nueva Constitución es fruto de acuerdos que requirieron un alto grado de desprendimiento de los distintos colectivos, o, más bien, cree que hubo un consenso de entrada que facilitó los acuerdos?
“En primera instancia trabajamos como Independientes No Neutrales en este proceso, pero posteriormente al avanzar en las conversaciones se sumaron tres nuevos convencionales que venían de otros colectivos, dando lugar a Independientes por una Nueva Constitución (INC). Con 13 integrantes provenientes de diferentes realidades, pero con un propósito común, el diálogo fue relevante para alcanzar diferentes acuerdos, tanto de forma interna como externa.
Además, establecimos importantes lazos de confianza y solidaridad entre los integrantes de INC, lo que permitió un trabajo transversal en las diferentes comisiones y posibilitó que participaremos en la redacción de relevantes normas que ahora están plasmadas en la propuesta de nueva Constitución”.
¿Cómo describiría la conducta de los sectores que representan a la derecha en la Convención? ¿Contribuyeron al consenso o fueron obstaculizadores permanentes? ¿Hubo una izquierda obstruccionista?
“Desde mi perspectiva, todos los extremos tienden a ser malos ya que caen en dogmatismos que impiden ver al del frente como un igual y visualizar los diversos ángulos de una idea.
Por una parte, la derecha tuvo la oportunidad de avanzar y demostrar ser una derecha liberal progresista, lugar que actualmente se encuentra vacío en nuestro país. Lamentablemente, este sector decidió oponerse a los avances del proceso y obstaculizar el diálogo en la gran mayoría de las discusiones, a pesar de saber que las normas discutidas y aprobadas estaban bien realizadas, ajustadas al derecho y que iban en beneficio de las y los chilenos.
Tal como en un círculo, los extremos se terminan encontrando y esto es lo que sucedió en en algún punto del proceso con la extrema derecha y extrema izquierda. Ambos impedían al mismo tiempo el avance de las normas adecuadas, solo por el hecho de que no se ajustaban a ciertos parámetros de su ideología. Sin embargo, la mayoría de los ex constituyentes buscamos el diálogo, entendiendo que este debía ceder en algo para construir normas en común que representarán no solo los extremos, sino que a todos y todas”.
Si la nueva Constitución se aprueba, ¿estima que la sociedad chilena será más igualitaria y democrática? Si su respuesta es positiva, ¿qué normas de la nueva Constitución cree usted que ayudarán para que así sea?
“Creo que ese es un gran desafío que debe convocar a todas las voluntades políticas, sociales, comunitarias e individuales. La norma base y que baña desde mi punto de vista lo que mandata la nueva Constitución, es el artículo N°1, donde se expresa el Estado Social y Democrático de Derecho. Ello permite visualizar lo que queremos como país y que va a la vanguardia con las sociedades desarrolladas y democráticas. Además, este artículo va muy entrelazado con el capítulo de Derechos Fundamentales, aunque sin olvidar las normas que abordan el financiamiento con responsabilidad fiscal y las que combaten la corrupción y garantizan la probidad, transparencia y rendición de cuentas”.
¿Cuánto cambió usted después de este proceso inédito en la historia de Chile? ¿Podría identificar el surgimiento de alguna nueva convicción o de un nuevo compromiso personal luego de esta experiencia histórica?
“No me parece hablar en tercera persona, pero claramente el Javier que entró no es lo mismo que salió de la Convención. Actualmente, siento que he fortalecido y profundizado aún más mi convicción en la socialdemocracia y en la necesidad de tener una mejor manera de hacer y entender la política, que permita a su vez sustentar el gran desafío que significa la implementación progresiva y no regresiva de este marco constitucional”.
Finalmente, ¿qué materia estima quedó pendiente en la nueva Constitución y le gustaría que se incorporara en el futuro?
“La propuesta de nueva Constitución aborda casi en su totalidad las diferentes demandas políticas, sociales y ambientales, contemplando la diversidad de realidades presentes en el país. Creo que serán las nuevas generaciones las que determinarán cuáles son las mejoras y adaptaciones que deberán establecerse en esta propuesta, las que deben acomodarse a su vez a las necesidades que tenga la sociedad chilena”.
SOBRE LA CÁMARA DE LAS REGIONES
A su juicio, las atribuciones de la Cámara de las Regiones expuestas en el nuevo orden constitucional, ¿representan un contrapeso efectivo para la Cámara de Diputadas y Diputados? ¿Califica usted como positivo este contrapeso en pos de la consideración de las necesidades locales de cada pueblo y región?
El modelo de descentralización propuesto requerirá que la voz de las regiones sea oída en el parlamento, es por esta razón que la existencia de la Cámara de Las Regiones es relevante para lograr generar un espacio de diálogo y reconocimiento. Del mismo modo, logra ser un contrapeso para la Cámara de Diputados, sin transformarse en una cámara espejo como ocurre en la actualidad con el Senado. Además, la vinculación directa de la Cámara de Las Regiones con las Asambleas Territoriales permite que sus representantes no pierdan el arraigo territorial y representen de forma eficiente los intereses y necesidades territoriales”.
¿Cree que una autonomía territorial podría impulsar un mejor desarrollo para cada una de las regiones y localidades?
“La autonomía territorial permite establecer mayor equidad y descentralización en regiones, sobre todo frente a un gran Santiago. Esto debido a que establece una desconcentración del poder a nivel territorial, convirtiéndose esta norma en unas de las grandes innovaciones del texto constitucional, pues entrega una mayor autonomía a las localidades sin que ello signifique una fragmentación del Estado debido a su carácter indivisible. No se permite la secesión territorial ni de soberanía, sino que la propuesta señala que esta autonomía entrega una serie de competencias políticas, financieras y administrativas con el objetivo de potenciar el desarrollo y cooperación de las regiones”.
EVENTOS POST CIERRE DE LA CONVENCIÓN
La BBC publicó un reportaje titulado La “brutal” desinformación sobre la nueva Constitución propuesta para Chile y algunas de las confusiones más difundidas, en el que expone las mentiras, fake news e impresiones que se han publicado respecto a la nueva Constitución. En este sentido, y a su juicio, ¿cuál es la mejor fórmula para combatir la desinformación o fake news frente al plebiscito de salida?
“La desinformación y su efecto de intoxicación se debe combatir con datos reales, veraces y verificables. Las noticias falsas usadas en propaganda para reforzar una opinión y prejuicio de un sector es un atentado a la democracia y al diálogo social sano. Claramente existe una intención de manipular a través de la mentiras e interpretaciones absurdas a las personas. Quienes las usan apelan a los peores sentimientos que existen como, por ejemplo, el racismo, clasismo, homofobia, machismo y fanatismo, para así llegar con sus mensajes y provocar una confusión. Sin embargo, como ya hemos visto, estas fake news evitan referirse al texto de nueva Constitución de forma textual y eso es porque saben que las normas son adecuadas y van en beneficio de las personas y el país.
En este último punto radica la mejor fórmula para combatir la desinformación, que es difundir el texto de propuesta de nueva Constitución. Es necesario que las personas, sin importar su posición política, lean el texto y de forma consciente tomen su decisión. Asimismo, en caso de que no entiendan una palabra o término, hagan el ejercicio de buscarlo. Solo así contaremos con una sociedad más crítica, reflexiva y democrática, sin la intervención de mentiras y formando parte de un proceso transparente.
Las personas comunes y corrientes nos hemos alejado de la política con la excusa de que todos son corruptos, pero como ciudadanos tenemos igual responsabilidad en este proceso ya que nosotros somos quienes elegimos a los que nos representan. La política nos rodea a diario y cada acto en la sociedad es política. Por ello, nuestro rol es combatir la corrupción, las mentiras y la desinformación siendo parte de este proceso constitucional, interesándonos y leyendo la nueva Carta Fundamental. Se entiende que muchas personas lleguen agotadas de sus trabajos, se levantan de madrugada y estén preocupadas por llevar el pan a su casa, sin embargo, todos nos podemos dar un pequeño tiempo para ser parte de este proceso. Tenemos que tener claro que, como personas y ciudadanos, nos influye cada decisión que alguna autoridad tome.
Es por esta razón que emociona y se aplaude que, a pesar de todo el desencanto y las desinformación que pueda existir, las personas busquen acceder a la nueva Constitución. Esto es algo que debería volverse una práctica habitual, y no solo en este proceso constituyente. sino que en toda la actividad política, participando, regulando y fiscalizando todas las prácticas que involucren a la ciudadanía”.
El presidente Gabriel Boric afirmó el 15 de julio que, en el caso de que se imponga el rechazo en el referéndum, debe llamarse a una nueva elección de constituyentes, erigiendo así una nueva Convención que inicie una discusión desde cero. En este sentido, ¿qué piensa usted de estas declaraciones? ¿Cree que se anticipó un panorama no tan alentador?
“Más allá de los análisis y especulaciones anticipadas, hay algo que está claro: el 70% de los chilenos y chilenas dijo que no quería una Constitución escrita por parlamentarios y entre cuatro paredes. Esa decisión ya se tomó en un plebiscito nacional. Por lo tanto, en el caso de un panorama no alentador frente al plebiscito de salida, lo lógico sería la continuidad del proceso constituyente con la generación de un nuevo procedimiento, el que debe ser nuevamente definido por la ciudadanía.
Sin embargo, no existen garantías de que las mismas personas y partidos que realizaron una campaña de desinformación desde el día 1 y que sabotearon y estancaron la generación de normas y diálogos en la pasada Convención Constitucional, permitan la generación de otra Constitución que garantice los derechos fundamentales a tal nivel como lo hace la actual propuesta.
Los mismos que actualmente señalan que no se sienten representados por la nueva Constitución, aquellos que incluso aún no han leído la propuesta, se restaron o se negaron a participar del proceso cuando tuvieron la oportunidad de hacerlo. Otros propusieron normas que eran más extremas para continuar perpetuando el actual modelo de injusticias, incluso con propuestas más duras que las que se establecen en la Constitución de los 80´.
Por ello, es necesario enfocarse en el plebiscito de salida del 4 de septiembre, porque es fundamental contar con una base contemporánea de derechos que actualice a nuestro país en estas materias, facilitando las reformas y entregando garantías de derechos. Y esto es justamente lo que la nueva Constitución propone”.