Desde el Estado hay varias cosas que se hacen bien, pero, en el programa ligado al deporte de alto rendimiento, falta que nosotros los deportistas podamos tener una mayor estabilidad económica. No puede ser que por una única vez que uno no llegue al puesto deseado, se quiten los beneficios”.
Aula Magna entrevistó al atleta chileno con el mayor récord nacional en la competencia de 400 metros vallas, Alfredo Sepúlveda Sandoval, quien es un deportista de alto rendimiento y estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad de Chile.
Alfredo se encuentra preparando su próxima competencia, los Odesur, que serán en octubre próximo, sin embargo, no quiso quedar atrás con su mirada crítica frente al apoyo que le otorga el Estado a los seleccionados nacionales y en torno a la estructura institucional del deporte en Chile.
Conoce a continuación las metas que se propone nuestro atleta de 28 años, sus competencias, estudios y posturas.
CARRERA DEPORTIVA
¿Cómo se encantó con el atletismo? ¿Qué hechos o motivos lo impulsaron para seguir una carrera deportiva de alto rendimiento?
“Siempre fui muy bueno para el deporte. Desde muy pequeño supe que me relacionaría de alguna manera con una actividad deportiva, hasta que me vinculé de manera directa con el atletismo. Desde los 16 años comencé a ganar algo de dinero con esta actividad y desde ahí no paré más. Obtuve desde muy joven medallas nacionales e internacionales en diferentes categorías.
Además, mis padres son mis entrenadores y hemos hecho nuestra vida en base al deporte. Mi papá y mi mamá fueron atletas, de hecho ellos se conocieron siendo deportistas en la Universidad de Chile.
Para mí, siempre fue súper natural hacer deporte. En el colegio practicaba de todo: jugaba básquetbol, fútbol, tenis, ping pong, tiro con arco, qué no hice, pero recién a los 16 años me especialicé en atletismo. Rápidamente fui ganando terreno en este deporte y conociendo el mundo, porque de otra forma no hubiera podido hacerlo.
Es increíble pensar que desde este pedacito de tierra, uno puede llegar a ser el mejor del mundo”.
¿Recibe o recibió algún aporte del Estado para costear su carrera como atleta y sus múltiples campeonatos nacionales e internacionales? Si su respuesta es negativa, ¿de qué forma ha podido sobrellevar los grandes gastos que requiere una actividad deportiva de alto rendimiento?
“A principios de año me quitaron mi sueldo como atleta, lo que ha sido bien duro y ha constituido un gran esfuerzo el tratar de recuperarlo. Pero esto no solo es un problema mío, sino que de todos los atletas del país. La estabilidad económica es un gran tema para los deportistas chilenos, porque uno tiene que revalidar sus logros año a año. En mi caso, siempre he sido medallista sudamericano, continental y he estado en los mejores rankings, cumpliendo con todo lo exigido. Sin embargo, con una vez en la que me encuentre en un ranking relativamente bajo, como lo fue el año pasado y en donde quedé cuarto en el sudamericano, me quitan todo: mi sueldo por parte del Instituto Nacional del Deporte y gran parte de la beca de la universidad.
Ahora me queda ganar los Juegos Sudamericanos en octubre y con ello ya podría estar más tranquilo en el aspecto monetario.
Contextualizando un poco, este sueldo de atleta lo recibí por varios años. Hay un sistema estructurado que se llama Proddar, que es la columna vertebral del apoyo económico hacia los deportistas en Chile y que se define como una beca que entrega el Estado. Uno puede tener auspiciadores, que los he tenido, pero lo que te entrega Proddar es el sueldo de uno como deportista.
El salario o beca que se recibe es netamente en base a resultados, números o registros en competencias, y parte una vez que ya se entra a medalla de plata en un campeonato sudamericano. Si no se cumplen los requisitos la decisión es bien tajante: uno se queda afuera. Hay un panel técnico que evalúa esta situación, ante lo cual tengo varias críticas frente a este sistema. No es posible que el panel solo se preocupe por números, sino que también debe considerar otros factores como la trayectoria, entrenamiento e historia.
Ahora, en cuanto a las competencias como tal, hay varios canales de financiamiento. A nivel nacional, el gasto es muy menor, pero a nivel internacional, depende. Hay campeonatos donde se representa a la Selección Chilena de Atletismo: en los sudamericanos, mundiales y cualquier competencia que involucre a esta selección. En ese caso, dichas competencias son costeadas por la federación e Instituto Nacional del Deporte, pero hay otros campeonatos donde voy como Alfredo Sepúlveda y ahí es donde voy a buscar mis marcas y ellos me pueden ayudar a costear estas competencias.
La estructura es la siguiente: Ministerio del Deporte con su organismo ejecutor que es el Instituto Nacional del Deporte, el cual a su vez tiene un organismo técnico que es el Comité Olímpico. Este último tiene una estructura mixta, pues se compone de aportes del Estado y de privados, y es integrado por un Plan Olímpico, con el cual se apoya a los deportistas en cuanto a lo económico en giras o semi temporadas.
A veces, me invitan a otros campeonatos, sin embargo, también hay muchos esfuerzos míos y de mi familia. Por ejemplo, muy probablemente sea yo el que me tenga que costear los pasajes para los Odesur”.
¿Actualmente se encuentra en preparación para otro campeonato de atletismo, tanto nacional como internacional?
“Actualmente, me encuentro preparando los Juegos Sudamericanos o los Odesur, que son en octubre. Ya estoy clasificado y mi meta es obtener una medalla o ganar el campeonato. Vengo recién llegando de los Juegos Bolivarianos, donde quedé segundo y el cual constituye el primer ciclo olímpico que tenemos nosotros como deportistas, que es: este año los Juegos Odesur, el próximo los Juegos Panamericanos y el 2024 los Juegos Olímpicos. Ese es el ciclo olímpico, que son 4 años.
Ahora estoy en un período de entrenamiento bien duro, porque tengo que volver a levantarme luego de unas competencias bastante exigentes. Debo llegar en buena forma física y mental, por ende, es necesario recargar las energías con un entrenamiento enfocado en las metas que tengo en mente.
Como mencionaba, la temporada anterior estuve entrenando en República Dominicana con un grupo de nivel mundial, pero no me fue bien. No me fue bien por varias razones, pero, principalmente, porque no pude adaptarme al tipo de entrenamiento al cual estaban acostumbrados. Hay distintos tipos de atletas, y quizás el tipo de atleta que soy yo no funcionaba tan bien con el entrenamiento que realizaban. Por ello, volví a trabajar a Chile con mi entrenadora anterior, que resulta ser mi madre y quien también es entrenadora de atletismo de la Universidad de Chile. Ella es María Teresa Sandoval.
Mi meta en República Dominicana era entrenarme para los Juegos Olímpicos: por ranking estaba clasificado el año 2020, pero por temas de pandemia bajé de posición y terminé con un ranking mundial súper malo. Por ello, decidí viajar a República Dominicana, aunque no me fue bien en esa travesía.
Volví muy deprimido de ese viaje y con muy poca confianza en mí mismo. No obstante, me levanté de a poco, con una vuelta metódica a la U (en referencia a la U. de Chile). Volví a entrenar y a recargar energías para seguir en estos caminos. De esta manera, clasifiqué al Iberoamericano, quedando en el cuarto lugar al finalizar el campeonato y en donde competí con atletas de nivel internacional. También estuve en los Juegos Bolivarianos y algunos campeonatos en Europa.
Con todo esto volví a estar entre los cien mejores del ranking mundial”.
¿Cuál fue el aprendizaje que le dejó su experiencia como atleta en República Dominicana?
“De todo esto aprendí que el estado anímico y mental es fundamental para realizar cualquier tipo de actividad, especialmente hablando de lo que respecta a mi, el deporte de alto rendimiento. Uno debe tener mucha confianza en sí mismo para competir en campeonatos internacionales. Si bien lo de República Dominicana fue un golpe bien duro en cuanto a lo psicológico, de a poco recuperé la confianza y mis energías”.
¿Qué es lo más complejo de ser deportista de alto rendimiento en Chile? Pero también, ¿qué es lo más satisfactorio de su carrera deportiva?
“Lo lindo y lo difícil a la vez, es que uno trata de ser su mejor versión. Suena muy cliché, pero es súper cierto. El rendimiento deportivo está determinado por un montón de factores y uno trata de cubrir todos esos aspectos. Tengo que descansar bien, comer sano, estar bien psicológicamente y trabajar todas las cualidades físicas que debo ejercitar. Entonces, es súper satisfactorio cuando me siento bien con ello y cuando las cosas van marchando de manera correcta. El hacer la mejor marca o registro, es una sensación indescriptible.
Poder decir ‘estoy en mi peak’, como comúnmente repite Bad Bunny, el cantante de reggaetón y trap, es muy satisfactorio.
Es súper difícil, pero me siento orgulloso al decir que tengo el récord de Chile en carreras con vallas”.
¿Cómo se proyecta a futuro en sus carreras como deportista e ingeniero comercial? ¿Tiene alguna actividad en mente que le gustaría desarrollar en torno a estas dos ramas que hoy ejerce?
“Aún me quedan muchas cosas que hacer como atleta, pero, de momento y pensando en el futuro, me gustaría desarrollar eventos deportivos. Tratar de operar desde una empresa privada, pero siempre focalizando los esfuerzos en la industria del deporte en general. Siempre los dineros públicos van a ser pocos, por tanto sería bueno hacer crecer la industria del deporte. Creo que esa es la forma.
Aparte, y lo que considero muy importante, mi objetivo es fomentar el rol social del deporte en la comunidad. Este rol es inspirar y mostrar un camino distinto a lo tradicional, es demostrar que se puede seguir una carrera de excelencia. Si yo corro, no le hago un bien a nadie, sino que el hecho está en transmitir lo que significa la competencia, lo que hay detrás de ello y las oportunidades que existen en el deporte.
Por otra parte, somos unos de los países con mayores índices de sedentarismo, obesidad y de sobrepeso, por lo que el deporte debe instar a la comunidad a tener una mejor calidad de vida”.
CONTINGENCIA Y ACTIVIDAD DEPORTIVA DESDE LAS AUTORIDADES
A su juicio, ¿qué falencias identifica usted en cuanto al financiamiento otorgado por parte del Estado hacia los deportistas de alto rendimiento?
“Desde el Estado hay varias cosas que se hacen bien, pero, en el programa ligado al deporte de alto rendimiento, falta que nosotros los deportistas podamos tener una mayor estabilidad económica. No puede ser que por una única vez que uno no llegue al puesto deseado, se quiten los beneficios. Todos podemos tener una temporada no tan buena, entonces no es justo que nos 'jubilen' a la primera. Incluso, analizando esta situación más allá de lo económico, es como si uno no importara luego de que lo dio todo en la cancha.
Los metodólogos, que son quienes evalúan el rendimiento y actualizan estos rankings para otorgar los diferentes aportes, solo miden en base a números. Muchas veces estas personas no nos conocen, no nos ven entrenar y solo juzgan detrás de un escritorio. No ven nuestra realidad de todos los días.
Otro tema, que se escapa de los aportes económicos del Estado pero que también merece su crítica, es que necesitamos mucha visibilidad en los medios nacionales. Actualmente, el atletismo no tiene mucha vitrina en la prensa y televisión chilena, al igual que los otros deportes. Solo el fútbol cuenta con una tremenda publicidad en la televisión, internet, prensa, etcétera. Incluso, para mi que soy un fanático del atletismo, me es súper difícil consumir este tipo de noticias. No me ofrecen nada asociado a ese tipo de contenido, por lo que tengo que ingresar a links 'truchos' para saber qué está pasando con el atletismo a nivel nacional.
Este último tema merece ser visto por la industria de la comunicación”.
¿Tiene una opinión sobre la regulación del deporte en la nueva Constitución?
“Primero, me parece excelente que por una vía democrática se haya llegado a esta instancia. Es muy bueno que el mismo pueblo se haya levantado para generar una nueva Constitución, que participe y discuta sobre la misma. Ahora, en lo que respecta al deporte, claro que cualquier iniciativa que potencie y fortalezca el deporte es buena, lo que felicito y aplaudo, pero también me parece que hay otros temas más urgentes y que son de necesidad de muchas personas, como lo son la salud y educación”.
ESTUDIOS Y CARRERA DEPORTIVA DE ALTO RENDIMIENTO
¿Qué estudios ha cursado a lo largo de su vida? ¿En qué etapa académica se encuentra?
“Cuando por primera vez entré a la universidad, lo hice por la carrera de Kinesiología. Quise estudiar en la Universidad de Chile, puesto que considero que es la mejor universidad del país y me decidí por esa carrera porque pensé que sus ramas se relacionaban directamente con el deporte. Sin embargo, y con el pasar del tiempo, me di cuenta que Kinesologia no era lo mío y que me era muy difícil compatibilizar el atletismo con los estudios debido a las pocas flexibilidades horarias. Por todas estas razones, abandoné la carrera.
Luego de ello, hice nuevamente la Prueba de Selección Universitaria (PSU) y entré a Ingeniería Comercial en la Universidad de Chile. Tomé esa decisión, porque yo sí quería estudiar, solo que la Kinesiología no me gustó. En este sentido, la modalidad de funcionamiento de la Facultad de Economía y Negocios (FEN) de la U. de Chile, me ayudó mucho en mis tiempos y horarios. Su toma de ramos es distinta y su carga académica es acorde a mis actividades deportivas, de manera que puedo canalizar mis energías en dos cosas a la vez.
Actualmente, estoy en el sexto semestre de Ingeniería Comercial”.
¿Cuál fue la razón de fondo para su salida de la carrera de Kinesiología y qué razones tuvo para ingresar a Ingeniería Comercial?
“Al renunciar a Kinesiología no tenía nada listo, nada en mente en relación a los estudios que quería seguir. Pero me dije a mi mismo: 'Aquí no estoy feliz, no lo estoy pasando bien'. En ese tiempo, mi carrera deportiva recién estaba llegando a niveles más altos. Había hecho mi primera gira por Europa, comencé a tener muy buenos registros y estuve muy cerca de clasificar a los Juegos Olímpicos, sin embargo, en la Facultad de Medicina no me valoraron estos hechos.
La razón de fondo de mi renuncia fue que no estaba encantado con la Kinesiología. Los ramos de ciencias básicas me parecieron súper entretenidos, pero, cuando llegué a los ramos prácticos, no me gustó. Siempre me repetía 'no sé si en un futuro me veo aquí, o, ‘no sé si me veo como kinesiólogo'.
En cuanto a la Ingeniería Comercial, no es que sea fanático de los números y tampoco creo que se trate solamente de ello, pero siempre me fue bien en matemáticas. La verdad... siempre me fue bien en todo en el colegio. Me gustaban todos los ramos y siempre sentí motivación por aprender de todo. Incluso, siempre mi sueño ha sido trabajar en el deporte desde otra vereda, de manera que pueda aportar a su crecimiento, y creo que Ingeniería Comercial me está dando esas herramientas profesionales que necesito para impulsar dicho sueño.
Ingeniería Comercial tiene de todo, es bien mentholatum, entonces eso me gusta. De hecho, el perfil de egreso del ingeniero comercial en la Facultad es una persona que es capaz de manejar las ciencias más exactas, pero no solo ello, sino que además debe aprender de las ciencias sociales. Hay mucho de ciencias sociales en la economía, porque esta rama trata de cuantificar el comportamiento humano, y esto me gusta mucho”.
¿La Universidad de Chile le entrega facilidades horarias y modalidades para compatibilizar su carrera deportiva con sus estudios? ¿Cómo adecua sus tiempos para rendir de forma correcta en ambas carreras, tanto en el atletismo como en Ingeniería Comercial?
“En la actualidad, no doy pruebas de manera telemática, pero sí puedo acomodar mis horarios de acuerdo con campeonatos importantes para el país y de nivel internacional. Por ejemplo, ahora con los Juegos Bolivarianos, tuve que dar mis exámenes a la vuelta y pude acomodar la realización de los mismos con los profesores de la Facultad. En este sentido, en FEN, valoran el hecho de que sea un deportista de alto rendimiento, lo que agradezco muchísimo, a diferencia de la Escuela de Medicina de la universidad, en específico de la carrera de Kinesiología, donde sus programas y horarios son muy rígidos. Esto último lo asocio a que la modalidad de campus clínico que tiene la U (en referencia a la U. de Chile) es muy estricta y no se puede faltar nunca. Por estas razones, no pude compatibilizar mis dinámicas con la carrera de Kinesiología.
Me ha costado bastante sacar adelante mis estudios, de manera de rendir bien en ambas actividades, pero ha sido una experiencia muy grata pertenecer a la FEN”.
¿La Universidad de Chile le entregó alguna beca de excelencia deportiva por ser un deportista de alto rendimiento?
“La universidad tiene un sistema de becas deportivas, dentro de las cuales la Beca de Excelencia Deportiva es la más conocida y la que se asignó hace poco para los estudiantes que actualmente cursamos una carrera. En mi caso particular, siempre he contado con la Beca de Excelencia Deportiva, pero hay veces en la que me cubre el cien, cincuenta o veinticinco por ciento. Actualmente, me cubre el veinticinco por ciento del arancel, porque el año pasado no fue mi mejor año en el ámbito deportivo y justamente dicha beca depende de ello.
Para contextualizar un poco, el año 2020 congelé mis estudios y me fui a República Dominicana para entrenar con un campeón olímpico. La meta era llegar a los Juegos Olímpicos, sin embargo, tuve que volver a Chile porque no me fue bien. Volví a reinventarme, ya que no obtuve los mejores resultados. En este sentido, y para conectarlo con lo de las becas, sí, es verdad que la universidad cuenta con beneficios de este tipo, pero son pocas para la cantidad de deportistas que hay y dependen casi en un cien por ciento del alto rendimiento que tenga una persona. Y, cuando me refiero al rendimiento, lo hago haciendo referencia a números y registros que uno pueda tener en los diferentes campeonatos”
¿Participa usted en algún colectivo o agrupación, ya sea de carácter deportivo, político o académico, dentro de la universidad?
“No. Voy poco a la universidad y trato de concentrar mis energías en mis estudios y en mi carrera de atletismo. Involucrarme en otra actividad significaría más tiempo y dedicación, por lo que mi decisión es no participar de otros grupos o colectivos, al menos por el momento. De hecho, hasta hace poco, estaba trabajando en un colegio como entrenador, pero tuve que renunciar para rendir bien en mis otras actividades. Es muy lindo ser profesor, pero muy demandante. Además, esta actividad me tomaba mucho tiempo en traslado, ya que el colegio quedaba muy arriba, en La Dehesa.
No sería responsable de mi parte involucrarme en otra actividad, puesto que los estudios y el deporte de alto rendimiento requieren las mayores energías”.