Hace algunos días atrás una imagen en el frontis de la casa central de la Universidad de Chile causó conmoción en la comunidad universitaria y en la opinión pública, dado el alto contenido sexista de la caricatura donde se ilustraba a la rectora.
Esto ocurría a propósito de la acampada que un grupo de estudiantes lleva hace semanas con el fin de visualizar el genocidio que se encuentra ocurriendo en territorio palestino cometido por las fuerzas israelíes, ante esto en el mundo occidental los y las estudiantes se han manifestado en contra de la masacre planteando a las universidades el dilema ético respecto de lo que está sucediendo y de lo que cada uno puede hacer para ayudar a detener el horror en el ámbito de sus competencias.
Ahora bien, sobre la violencia de género en la Universidad de Chile, cabe recordar que la toma feminista del año 2018 se inició en la Facultad de Derecho producto de la violencia sexual sufrida por una estudiante de parte de un profesor. Hecha la denuncia y ante la inactividad de las autoridades de la época se produjo la movilización principalmente de las mujeres de la comunidad educativa. Sumado a esto se elaboró un manifiesto y propuestas para la igualdad de género de las académicas de la universidad, que proponía entre otras cosas, la creación de una vicerrectoría de género y diversidades, que a la fecha no existe.
Parece que seis años después de ese momento significativo para la universidad y el país, se visualiza el regreso de la violencia. Por otro lado, si bien en la universidad se avanza en protocolos, políticas, instructivos, no ha permeado en la comunidad el buen trato hacia las mujeres y las disidencias.
Como nos ilustró la profesora Sonia Montecinos, en la ceremonia de conmemoración del 8 de marzo de este año en la casa central en la conferencia titulada “Encrucijadas universitarias: agenda de género, igualdad y contextos políticos-culturales”, si bien se han expandido los programas y cursos sobre temáticas de género, la profesora señaló en la conferencia: “quería preguntar y saber si de esos ciento y tantos cursos cuantos son obligatorios”. (1)
La actual violencia se está manifestando tanto desde las formas de protesta, agresiones a los y las funcionarias (os), hasta las soluciones que se plantean por los medios de comunicación llamando a más violencia al solicitar desalojos y haciendo mansplaining a otra profesora (2). Que el diálogo no prospere es una derrota, que no haya una salida democrática, dialogada y concordada para hacer frente al dilema de quedar impávidos frente al horror solo agranda la grieta.
El regreso de la violencia también lo están sufriendo las personas de la comunidad LGTBIQ+, principalmente digital a partir de páginas anónimas que replican los discursos de odio esparcidos como virus por las redes sociales principalmente en el estudiantado.
Quizás la violencia simbólica sufrida por la rectora implique también en las autoridades la toma de conciencia del problema en la universidad, dado que, ello es el reflejo del país violento en el que vivimos y la universidad es su espejo.
Que esta situación sirva para profundizar en el camino iniciado el año 2018 y claramente décadas antes, que retomemos el sentido de urgencia, tomando en cuenta las políticas desarrolladas y llevándolas a la realidad concreta para vivir en un ambiente libre de violencia.
Por otra parte, esto no puede llevarse a cabo sin tomar acciones concretas respecto del genocidio que se está ejecutando ante nuestros ojos, ojalá cuando miremos atrás sintamos orgullo de haber hecho lo correcto como comunidad ante el horror.
- Ceremonia de conmemoración del Día Internacional de la Mujer 8 de marzo de 2024, Universidad de Chile, minuto de la cita 1:21:22 disponible en https://www.youtube.com/watch?v=5iICe13QQvo.
- Entrevista a Patricio Meller en el diario la Segunda, viernes 14 de junio de 2024, disponible en https://www.dii.uchile.cl/wp-content/uploads/2024/06/14-LA-SEGUNDA-No-es-posible-dialogar-con-esos-violentistas-yo-los-desalojaria.pdf