Educación Técnico de Nivel Superior: Factor Clave para el Desarrollo del País

Luis Araya Castillo
Académico, Director de Gestión Académica Postgrado, Escuela de Negocios, Universidad Adolfo Ibáñez
PhD in Management Sciences, ESADE Business School
Doctor en Empresa, Universidad de Barcelona
Doctor en Ciencias de la Gestión, Universidad Ramon Llull

La educación Técnico de Nivel Superior (TNS) en Chile se está consolidando como una alternativa a las carreras profesionales y los programas de licenciatura. De acuerdo con el Servicio de Información de Educación Superior (SIES), entre los años 2020 y 2024, la matrícula total de pregrado en educación TNS creció en un 1,9%, alcanzando así el 25,2% de la matrícula nacional. Este fenómeno se evidencia con mayor fuerza al analizar la evolución de la matrícula de primer año de pregrado, ya que los programas TNS concentran un 38,1% de la matrícula nacional y experimentaron un crecimiento del 5,2% entre los años 2020 y 2024.

Dado esto, surge la interrogante sobre las razones que explican, a nivel nacional, el cambio de percepción de los estudiantes -y futuros estudiantes- respecto de la educación TNS. Desde fines de 2019 a la fecha, hemos sido testigos, entre otros fenómenos, del estallido social, de la pandemia sanitaria, de tensiones políticas, de problemas ambientales, de los conflictos internacionales y de una crisis económica. Estos cambios han tenido impacto en la educación superior, ya que, al igual que en el resto Latinoamérica, el sistema chileno se ha expandido hacia el sector privado, con una masificación de carreras y ofertas de programas, lo que ha contribuido a la disminución de las brechas de desigualdad, conforme el acceso a la formación profesional ha dejado de ser restrictivo.

Se argumenta que el mayor acceso a la educación superior tiene un impacto negativo en la valorización o el retorno que obtienen quienes se titulan de sus programas académicos, lo que se manifiesta en estudiantes que cursan carreras profesionales o licenciaturas con indicadores poco favorables de empleabilidad y expectativas de renta que no se ajustan a lo esperado. Algunos programas de formación se devalúan cuando muchas personas se licencian o gradúan en ellos, ya que los retornos de la educación siguen las mismas reglas que los retornos del capital físico: a medida que aumenta el stock de capital, los retornos disminuyen.

En contraposición, es posible sostener que el problema del retorno a la educación superior no se explica por la ampliación de la matrícula, sino porque la oferta educativa de pregrado -especialmente la impartida por universidades e institutos profesionales- no responde a los desafíos del país ni a las demandas del mercado laboral. La decisión de cursar estudios superiores se caracteriza por implicar un alto nivel de involucramiento, ya que es significativa tanto en lo racional como en lo emocional: es una decisión de largo plazo (debido a la duración de los programas), socialmente importante (por lo que implica convertirse en profesional) y de alto costo (por la inversión requerida o por lo que se deja de percibir al postergar el ingreso al mercado laboral). En consecuencia, desde una perspectiva de racionalidad económica, los estudiantes esperan que la retribución a la inversión en educación -que se refleja en los aranceles, el tiempo invertido y el costo de oportunidad de cursar un programa de formación- se traduzca en mejores posibilidades de empleo y mayores salarios futuros tras la graduación. Esto se sustenta en la teoría del capital humano, la cual postula que existe una relación entre el nivel educativo de un individuo y su productividad; es decir, a mayor nivel de educación, mayor será su productividad marginal y, en consecuencia, más elevados serán sus ingresos laborales.

Sin embargo, el comportamiento de quienes cursan estudios TNS se aparta del patrón clásico de decisión de los estudiantes, quienes, en un contexto de menor acceso a la educación superior, optaban por un programa académico buscando equilibrar reconocimiento social, expectativas de ingresos y afinidad vocacional. En contraste, los estudiantes TNS priorizan otros factores, como la empleabilidad inmediata, la educación práctica, la flexibilidad de los programas y la posibilidad de compatibilizar estudios con responsabilidades laborales o familiares.

En la actualidad, vivimos en una época de modernidad líquida, caracterizada por la flexibilidad, la inestabilidad y la rapidez del cambio social. De este modo, las trayectorias vitales de los jóvenes -educativas, laborales, personales- no son lineales ni predecibles, por lo que muchos prefieren caminos que les permitan adaptarse rápidamente a los cambios. En consecuencia, las carreras TNS, que presentan una menor duración, y en particular aquellas que se ofrecen en modalidad online, les ofrecen mayor agilidad y portabilidad del conocimiento. Para quienes tienen mayor edad, las carreras TNS son vistas como una oportunidad de reconversión laboral en profesiones con mayor demanda en los sectores industriales y empresariales.

Además, los cambios culturales del país han llevado a que los jóvenes busquen menos validación en sus redes de relaciones (pares, familia, comunidad) y otorguen mayor importancia a la motivación intrínseca. De esta manera, quienes optan por una carrera TNS lo hacen considerando principalmente sus intereses y la potencialidad de este tipo de programas, y no tanto el reconocimiento social de su entorno. Esto se debe a que reconocen que la educación TNS es adecuada para un mercado laboral cambiante y cada día más exigente. Además, resulta clave en la masificación de los empleos del futuro, impulsados por la digitalización, la automatización y la inteligencia artificial. Asimismo se distingue por ciclos más cortos y actualizaciones curriculares más rápidas, lo que la hace más ágil y pertinente frente a los desafíos del mercado laboral actual.

Esto está en línea con una mayor orientación al corto plazo, en la que los jóvenes toman decisiones espaciadas temporalmente y otorgan mayor importancia a las retribuciones inmediatas, debido a que los eventos cercanos en el tiempo se perciben de manera más concreta y detallada. Lo anterior explica que opten por carreras TNS, ya que estas no solo ofrecen alta empleabilidad, sino que además están proyectadas a ser bien remuneradas, debido a la necesidad de especialización laboral y a la creciente escasez de talento calificado en sectores clave.

Por tanto, la diversificación de la oferta académica y del alumnado que se origina con el crecimiento de la educación TNS favorece el desarrollo productivo y económico del país. Gracias a su flexibilidad y su cercanía con el mundo del trabajo, la educación TNS tiene el potencial de convertirse en un factor determinante para el desarrollo económico y social, al formar técnicos calificados que pueden responder a los desafíos de la industria, el comercio, la salud, la tecnología y los servicios.