Urge enfrentar la crisis climática y ecológica: es asunto diario del accionar individual, colectivo y estatal

Pamela Poo
Politóloga, Magíster en Sociología

La crisis climática y ecológica ya está aquí y lamentablemente por la insuficiente acción de los Estados, llegó para quedarse. Los escenarios que el IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático) viene anunciando en sus diversos informes son alarmantes, por cada grado de temperatura que sube, los efectos de ambas crisis aumentan exponencialmente y Chile no está exento de las consecuencias de ambas. Durante el año 2023 hemos sido testigos de los graves y extensos incendios del verano, olas de calor y frio y el fuerte rio atmosférico que dejó a numerosas regiones afectadas con inundaciones, dado el cruce de las crisis climática y ecológica con el fenómeno del niño.

Los científicos se encuentran alarmados por la llegada del fenómeno del niño y como se intensifica con la crisis climática, entre las preocupaciones indican que existen altas probabilidades de ver efectos devastadores e incluso mencionan que se podría llegar al aumento de 1.5 grados entre el año 2023 y 2027.

La crisis climática y ecológica requieren con urgencia que el Estado a través de diversas políticas públicas las aborde desde una lógica de preparación, eso significa que se pueda dar una respuesta no solamente reactiva, si no que planificada e integrando a la sociedad en su conjunto.

Por otra parte, ante un Estado pasivo en la preparación y reactivo cuando ocurren los desastres, hace necesario que la ciudadanía se informe de esta problemática, como también que realice acciones desde lo individual y lo colectivo, con el fin de que se apliquen diversas herramientas que permitan abordar ambas crisis.

La preparación puede realizarse desde lo cotidiano, individual y colectivo, ya que podemos generar cambios en nuestras vidas para ser un aporte en la disminución de emisiones, lo que vendría siendo una lógica de mitigación y una lógica de la adaptación: mientras más personas se involucren mejores resultados podemos tener y que ya muchos y muchas lo están realizando.

Específicamente en mitigación podemos desde lo individual realizar acciones desde nuestros hogares, la cocina sustentable es una forma, no desperdiciando alimentos, comprando local, disminuyendo el consumo de carne, produciendo lo que comemos. También podemos fijarnos qué vestimenta estamos consumiendo, ya que la industria de la moda genera múltiples impactos. El transporte es otra forma de disminuir nuestras emisiones, privilegiar el uso de la bicicleta, el transporte público, el teletrabajo, son formas de no seguir agravando esta problemática.

En torno a lo colectivo uno de los elementos vitales que podemos llevar adelante desde la lógica de la adaptación es la soberanía alimentaria, está será crucial, ya que contar con los alimentos en calidad y cantidad, ante una crisis que se sigue agravando, será un desafío, es por ello que se requiere fomentar que las personas tengan acceso a la información de cómo cultivar sus propios alimentos y también que los gobiernos locales puedan entregar espacios públicos donde realizarlo.

Por último, debemos involucrarnos en la toma de decisiones del mundo político, una democracia débil, solo nos expone a los desastres, necesitamos fortalecerla y eso requiere de la participación ciudadana, además que la ciudadanía pueda exigir políticas publicas que vayan en pos de proteger los ecosistemas y acciones de adaptación, como la agricultura regenerativa, protección de cabeceras de cuenca, reforestación con árboles nativos, entre muchas otras acciones más, las que mejoran la calidad de vida de las personas y la biodiversidad de nuestro país.