1.0 Interactuando con la IA
¿Cuál debería ser el apoyo que la Inteligencia artificial le brinde a la investigación científica?
La inteligencia artificial tiene el potencial de brindar un apoyo significativo a la investigación científica en una amplia variedad de formas. A continuación, se presentan algunas áreas clave en las que la IA puede ser especialmente útil:
- Análisis de datos: La IA puede ayudar a los científicos en el análisis de grandes cantidades de datos. Algoritmos de aprendizaje automático pueden identificar patrones, tendencias y correlaciones en conjuntos de datos complejos, lo que puede acelerar el proceso de descubrimiento científico.
- Predicción y modelado: Los modelos de IA pueden ser utilizados para predecir resultados científicos o simular fenómenos complejos.
- Optimización de experimentos: La IA puede ayudar a diseñar y optimizar experimentos científicos. Al utilizar algoritmos de búsqueda, se pueden identificar las condiciones óptimas para obtener resultados significativos, lo que ahorra tiempo y recursos.
- Apoyo en el análisis de imágenes y texto: Los algoritmos de IA pueden ayudar en la interpretación y análisis de imágenes médicas, microscópicas o astronómicas, así como en la clasificación y extracción de información de grandes cantidades de documentos científicos.
- Asistencia en la toma de decisiones: La IA puede proporcionar asesoramiento en la toma de decisiones científicas, brindando información basada en datos y evidencia. Esto puede ayudar a los investigadores a evaluar y seleccionar las mejores opciones en sus investigaciones.
Es importante destacar que la IA no debe reemplazar el papel de los científicos, sino complementarlo. La colaboración entre la inteligencia artificial y los investigadores humanos puede llevar a avances científicos más rápidos y significativos. Además, es fundamental garantizar la transparencia, la ética y la responsabilidad en el desarrollo y uso de la IA en la investigación científica.
Todo lo anterior lo generó una tecnología, no sé a usted, pero a mí me parece una respuesta sensata, yo utilicé el chatGPT para obtener la información, luego la contrasté, la corregí y podríamos decir que el resultado es aceptable.
Entiendo que alguien podría ofenderse o sentirse timado al leer el párrafo anterior, claro, pero lo hice a propósito para generar un pequeño debate. A partir de esta breve experiencia cognitiva podemos problematizar ¿qué es lo que estamos dispuestos a compartir?, ¿a partir de qué insumos conocemos?, ¿qué puede considerarse propio?, ¿cuáles son los estándares de originalidad? Ciertamente la cuestión en la que deberíamos estar de acuerdo todos, es en el hecho de distinguir entre lo que uno formula, y las ideas provenientes de otras fuentes para evitar plagios y engaños; aunque también alguien podría decir que todas las ideas provienen siempre de una fuente externa y llevarnos a través de un argumento de reducción al absurdo, a respaldar cada idea lo cual supondría que a estas alturas de la civilización no existiría nada original bajo el lema: nada nuevo hay bajo el sol (por cierto cita que debería yo estar referenciado en este mismo momento, Cap. Ver. 9 del libro del Eclesiastés de la Biblia, frase dicha por el rey Salomón hace miles de años). Y sigo jugando: la cita la obtuve de un buscador booleano muy popular como lo es Google, de nuevo usted podría exigirme que mirara la Biblia directamente y citara una edición medianamente autorizada; entonces el tema es otro, no son las fuentes, ni las referencias sino una especie de falacia de autoridad.
Listo, resuelto, debía haber comenzado este escrito con la cita de un autor reputado en vez de hacerlo con la IA, ¿pero sabe usted? la realidad es que estamos a muy poco que todo lo que hasta ahora lleva leyendo lo escriba una IA, eso sí es asustador.
2.0 La IA detrás de la investigación en Ciencias Sociales
Si usted ya llegó a este punto y pudo superar suspicacias y preconceptos, usted está listo para entender mejor cuál será el papel de la IA en la academia.
En el momento en que esto esté publicado -y eso ya sucedió porque usted lo está leyendo gracias a la tecnología- el algoritmo sumará estas ideas al patrimonio digital de la humanidad, al denominado big data, pero con sus matices porque la adición también dependerá de cuántas personas lo lean y otras circunstancias que los programadores imprimen a la IA para poner atención en la producción humana.
Esto último es el elemento más interesante de la IA, no sólo es colaborativa y constructivista sino que además es fractal, a la vez que suma, diversifica, quizá el problema es que se basa en gran medida en lo más popular, en las “tendencias”, información tendencial o tendenciosa, por eso sigue siendo necesario el criterio humano, el discernimiento, la maquila académica se ha dado con o sin tecnología, el investigador que obligaba a sus asistentes a hacerle sus trabajos, hará utilizará la tecnología para ahorrarse la fatiga incluso de contratar asistentes.
Una gran cantidad de datos útiles para la investigación de las ciencias sociales está disponible en la red, eso es un hecho, la labor de generar investigaciones creativas, formular preguntas interesantes, proponer hipótesis, demostrarlas y acompañarlas de un marco teórico adecuado, por ahora sigue siendo tarea de los seres humanos quienes utilizando la tecnología podrían ahorrar tiempo y mejorar sus investigaciones.
Aquí algunas de las ventajas en las que la tecnología nos ha ayudado:
- Es un hecho que la tecnología ha contribuido a la creación de redes de expertos y de espacios para la discusión y confrontación de ideas, así es más fácil medir la viabilidad y sustentabilidad de proyectos, contrastar investigaciones, retroalimentar resultados, y un largo etcétera
- Es más fácil allegarse de información, incluso de información especializada.
- Existen múltiples herramientas para discriminar información banal, intrascendente y falsa
- La divulgación de la ciencia nunca fue tan sencilla y divertida, hay infinidad de recursos para hacer llegar a más personas los resultados de investigaciones científicas.
Este último punto conecta directamente con la docencia, a través de la tecnología podríamos generar más colaboración e interacción con todas aquellas personas que se están iniciando en la investigación científica.
Y sólo falta destacar uno de los elementos más importantes de cualquier proceso académico: la ética, porque si no existe la convicción de realizar investigaciones socialmente trascendentes y respetar las ideas de las demás personas difícilmente evitaremos que se utilice la tecnología para cualquier fin lesivo a la humanidad, no sé si eso lo pudiera ya intuir hoy la IA (singularidad) y cuando lo haga ¿qué efecto tendrá en nuestro mundo?, eso quizá, sí nos toque verlo.