“Las diferencias que persisten en las ciencias, humanidades, artes y la CTCI en general, son culturales y tienen relación con la manera en que concebimos lo que debe hacer o no un hombre y una mujer”, dijo la subsecretaria Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación (CTCI), Carolina Gainza, al presentar la segunda versión del estudio Radiografía de Género, que elabora la Unidad de Estudios y Estadísticas de la cartera.
El objetivo de la Radiografía es hacer un seguimiento multidimensional de las brechas entre hombres y mujeres e identificar las tendencias emergentes respecto al impacto de la pandemia en la desigualdad de género en el sistema CTCI nacional. También se convierte en un insumo para impulsar nuevas políticas públicas, que busquen contrarrestar en el corto plazo los datos expuestos.
“Es clave atender las diversas dimensiones de la desigualdad que se entrecruzan y se ven potenciadas con la desigualdad de género, como por ejemplo las diferencias territoriales, que provocan situaciones de aún mayor desigualdad y discriminación para diversos grupos de mujeres. Así, pronto daremos también a conocer una Radiografía que dé cuenta de cifras regionales”, indicó la subsecretaría Gainza.
Entre los resultados se observa que entre las personas que realizan investigación en Chile, sólo un tercio son mujeres (34%). Respecto de la proporción de mujeres que se titularon el 2019, apenas 7 de cada 100 se titularon del área STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas por su sigla en inglés), la cifra más baja entre los países OCDE.
“En el sistema CTCI de nuestro país existe una ‘fuga’ en la trayectoria formativa y profesional académica de mujeres. En la matrícula de pregrado, el 54% son mujeres. Pero en la medida en que se avanza en la especialización, la cantidad de mujeres va disminuyendo en comparación con los hombres. En la matrícula de magíster, la presencia femenina llega al 51%, baja 43% en el doctorado y a 37% si solo se considera a las doctoras egresadas”, explicó la subsecretaria Gainza.
Las brechas de género también se aprecian en las remuneraciones promedio que reciben las personas con doctorado, que desempeñan labores en las universidades. Dentro de la Radiografía se puede ver que las diferencias en los salarios aumentan a medida que las personas pertenecen a un tramo etario mayor, ya que los hombres ganan un 17% más que las mujeres entre 25 a 29 años, y un 23% más, entre 55 y 70 años.
“Estamos viendo un problema estructural y cultural instalado en las distintas áreas de investigación, el cual va más allá de cuestiones de número. Tenemos que ir al origen de los problemas que reproducen esta desigualdad de género, no sólo enfocarnos en cerrar brechas, sino diseñar mejoras que apunten a los cambios culturales. Tenemos que implementarlas rápidamente porque las generaciones actuales demandan un cambio consistente en estos asuntos”, indicó Gainza.
La subsecretaria de Educación Superior del Ministerio de Educación, Verónica Figueroa, señaló que “para las mujeres que se desempeñan en la academia, en la docencia y en la investigación, el sexismo no solamente invisibiliza su trabajo, esto también se traduce en desigualdades y discriminación de género, haciendo que el desarrollo de sus trayectorias se vea fuertemente dificultado por estructuras pensadas desde y para una trayectoria masculina tradicional que refleja el sesgo androcéntrico en la ciencia, tecnología, conocimiento e innovación”.
Por lo mismo, enfatizó que “los datos que hoy conocemos y las brechas que reflejan deben ser el punto de partida de una reflexión más profunda, porque los problemas actuales no pueden ser explicados sólo desde aproximaciones cuantitativas, o sin incorporar enfoques emergentes que permitan enriquecer su comprensión. La incorporación de enfoques interseccionales serán claves para desafiar las formas reductivas o simplistas de entender las diferencias que afectan a las personas cuyas experiencias pueden ser moldeadas por su género, orientación sexual, pertenencia a un pueblo indígena, clase, edad, territorialidad, entre otras dimensiones, y que no pueden ser comprendidas de manera integral sólo examinando una dimensión en sí misma”.
En la misma línea, la Subsecretaria Gainza, puntualizó que “trabajaremos desde un enfoque interseccional, que nos permita mirar y entender cómo las desigualdades en el sistema de CTCI se intersectan o cruzan por territorio, o afectan de manera particular a las personas LGTBIQ+, o a aquellas que pertenecen a los pueblos originarios”.
Finalmente, destacó “otro gran desafío para las futuras versiones de esta publicación es extender las mediciones a otras áreas del conocimiento, como el desarrollo de las humanidades y la investigación en artes que hoy no están contenidas en este informe pero que miraremos con especial detención en las próximas entregas”.
Publicación, Patentes e innovación
Acerca de las solicitudes de patentes, en los últimos 7 años el porcentaje de mujeres ha variado entre un 17% y un 25%. Es más, en el año 2019 (último dato disponible) este indicador alcanzó un 22%. En la misma línea, dentro de las personas con doctorado que han sido inventores en contextos de patentes que han generado productos nuevos, solo un 34% fueron mujeres.
Por otro lado, y al analizar artículos académicos, se constata que solo un 37% de las personas con publicaciones en revistas científicas indexadas entre el 2008 y la actualidad son mujeres.
Finalmente, y respecto a los emprendimientos de base científica-tecnológica en nuestro país, solo un 11% están liderados por mujeres. A su vez, más de un tercio de este tipo de empresas no cuentan con ninguna mujer dentro de sus trabajadores.
Conoce los resultados de la Radiografía de Género aquí.